Como centro inclusivo de niños y niñas con discapacidad auditiva, este tema nos interesaba aún más. Aprendimos que el oído en los animales es muy importante porque cumple muchas funciones. Además, las distintas especies tienen sus formas de comunicación. Sin todo ello, ¡no podrían sobrevivir!
En nuestro taller del martes, aprendimos que las distintas formas y tamaños de las orejas sirven para: captar sonidos a distancia y en distintas direcciones, reducir la resistencia del aire para correr a mayor velocidad, concentrarse, el equilibrio y conservar/desprender el calor.
Las orejas de las presas suelen ser alargadas y móviles para captar los sonidos de sus depredadores a grandes distancias. Sin embargo, las de los depredadores suelen ser pequeñas y nos comunican diferentes estados según su posición: levantadas muestran que están en alerta, hacia atrás es que denotan ansiedad y hacia atrás y pegadas a la cabeza, indican miedo.
Nos pusimos en el papel distintos animales carnívoros y territoriales. Cada uno marca su territorio de distinta forma a través de orina, heces, gestos, sonidos, … y siempre a la altura de la nariz. Por ejemplo, los lobos utilizan las orejas, el olfato y la cola para comunicarse. ¡Con el olfato pueden saber si el que dejó su rastro es macho/hembra, joven/mayor, con cachorros o si está preñada!
En la Dehesa de Navalvillar (Colmenar Viejo), también tuvimos la oportunidad de divisar muchos conejos y sus madrigueras. Como curiosidad, aprendimos que los conejos son muy sociables y el blanco de su cola y trasero actúa como señal para alertar a otros conejos de un peligro cercano.
Los más mayores, pusieron en práctica sus dotes de aves a través de la App “eBird”. Con esta herramienta identificaron las distintas aves en el recorrido como el buitre, el milano real, el milano negro y el estornino.
El final de la ruta era en un mirador a lo alto de unas rocas. ¡Menudas vistas! Satisfechos de llegar a nuestro destino, nos dispusimos a volver para comer.
A la tarde, con nuestra mejor imaginación, ideamos un animal con todo lo aprendido e incluso les pusimos un nombre científico. ¡Alguno puso un implante coclear en su animal diseñado para que pudiera oír mejor!
En nuestras próximas actividades seguiremos descubriendo los sentidos de los animales de nuestro entorno. ¿Te animas?
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