El sábado pasado los «montañistas» visitamos las canteras de la Dehesa de Alpedrete. En el taller del martes realizamos una gymncana para conocer algunos anfibios (gallipato, tritón, sapo ibérico y rana) y ahora estábamos muy entusiasmados por conocerlos en vivo.
¿Sabíais que de estas canteras se extrajo el granito para construir el Monasterio del Escorial y muchas aceras de Madrid? ¿Cómo llevarían todas esas rocas tan pesadas?
Hoy por hoy, están en desuso y el agua estancada se ha convertido en el hábitat ideal de muchos anfibios.
A nuestro Club le gusta preservar la naturaleza, así que recordamos la importancia de no bañarnos en esas aguas para que los microorganismos de nuestro cuerpo ( por ejemplo bacterias) no afecten a la piel sensible de los anfibios.
Gracias a nuestras lupas, pudimos observar muy de cerca los miles de renacuajos que había. También fuimos auténticos biólogos pasando agua estancada a tubos de ensayo con una pipeta para después observarla en los microscopios.
Los ranúnculos, una planta que crece en el agua estancada de las charcas, sirve de refugio. ¿Sabéis para qué anfibio? ¡En el nombre de esta planta tenéis la pista!
Los más pequeños también aprendieron las partes de una flor a partir de la observación de un pimpajaro y cómo los insectos llevan el polen de una planta a otra.
Con toda su creatividad construyeron sus propios insectos con elementos naturales para conocer mejor sus características. ¡Nos maravillan con su imaginación!
Poco después de Semana Santa, tendremos nuestro campamento de fin de semana. ¿Quieres compartir con nosotros nuevas aventuras?
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